CONGRESO INTERNACIONAL DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
“La desigualdad global instalada en los últimos años y su profundización son sin duda el mayor de los delitos económicos”, expresó este mediodía Carlos Heller, en el marco de la jornada de cierre del Segundo Congreso Internacional de Responsabilidad Social que se realiza en Buenos Aires.
Del panel “Responsabilidad Social y Derechos Humanos” participaron también Juan Manuel Abal Medina, embajador argentino ante el Mercosur y la Aladi; Diego Bossio, Director Ejecutivo de ANSES; Juan Martín Fresneda, Secretario de Derechos Humanos de la Nación; Michel Capron, profesor emérito de la Université París 8 y Ricardo Rivero Ortega, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca, España.
Al disertar en la sesión plenaria, el diputado nacional del Frente Nuevo Encuentro hizo hincapié en la importancia que tienen las políticas implementadas desde los Estados para lograr el desarrollo económico con distribución equitativa del ingreso y puntualizó que el foco de la discusión debe darse “entre los conceptos enfrentados de libre mercado o regulación estatal”.
En ese sentido, Heller destacó iniciativas locales "antimonopolio, contra las prácticas desleales y para hacer el seguimiento y el monitoreo de los precios” y lamentó que sean denunciadas “como una persecución a las empresas, como una falta de libertad”. “Las organizaciones que nuclean a los grandes empresarios reivindican la intangibilidad de la rentabilidad empresaria como un derecho inalienable e intocable. Yo lo digo claramente: si el derecho a la rentabilidad empresaria es un derecho intocable, los problemas que tiene la humanidad no tienen solución. Hay que apuntar a que la actividad empresaria tenga una rentabilidad razonable”, prosiguió el legislador, con más de 45 años de experiencia en la gestión cooperativa.
“La mayor responsabilidad social está dada en hacer cultura, en lograr que el conjunto de la sociedad entienda que si no participa de manera activa, si no adquiere protagonismo, si no se involucra, seguramente las cosas seguirán pasando de una manera que no es la deseable”, sostuvo el diputado y subrayó que “la devolución del valor de la política como una herramienta fundamental para la transformación de la sociedad es uno de los grandes méritos que tiene esta etapa que estamos viviendo”.
“Quisieron hacernos creer que la política era la causante de los males que la sociedad tenía y que eliminando la política esto se iba a resolver y ese incluso fue el argumento de justificación de la dictadura genocida, que por ejemplo creía que se podía reemplazar al Parlamento por una comisión de asesoramiento legislativo presidida por un general, un brigadier y un coronel y negando el valor de la representación popular, negando el valor de la construcción de las deliberaciones”, agregó el legislador.
Heller sostuvo que la deslegitimación de la política sigue siendo un recurso de algunos sectores concentrados: “todavía hoy muchas veces se ridiculiza la política a través de los grandes medios que tratan de conformar un determinado sentido común y una determinada opinión, haciendo aparecer, por ejemplo, las deliberaciones legislativas como una cosa intrascendente”. “Esa bartardización de la política, de la elaboración colectiva, tiene un fin y el fin es que el mercado, las corporaciones, sean las que fijen las reglas y no la ciudadanía”, completó el diputado.